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El zombi como signo infeccioso.

I know why we try to keep the dead alive: we try to keep them alive in order to keep them with us.

I also know that if we are to live ourselves there comes a point at which we must relinquish the dead, let them go, keep them dead.

The Year of Magical Thinking, Joan Didion.


Todas mis películas sobre zombis han surgido a partir de ideas, al observar lo que está ocurriendo a nivel cultural o político, en el momento en el que la película se está rodando.

George A. Romero.


Marge: Menos mal que no nos convertimos en zombis descerebrados.

Bart: ¡Chist!… la tele.

Homero: Hombre. Tropieza. Gracioso.

Los Simpson, especial de Halloween III


Levántate y camina.

Lucas 5, 17-26



En esta ocasión, quisimos comentar un ensayo que nos pareció un estupendo espécimen para desgarrar y alimentarnos del nutritivo tejido que ofrece el zombi como concepto y metáfora.


Filosofía Zombi, de Jorge Fernández Gonzalo, es un texto zombi (escrito por un erudito zombi) cuya mordida lo mismo puede infectar a los lectores de ensayos filosóficos con el virus del género de los muertos vivientes, que inocular a lectores o fans del género zombi con el virus del pensamiento y la reflexión crítica, ese patógeno que hace deambular a los infectados en los ámbitos de la filosofía, la psicología, o de la sociología y la crítica cultural.


Este libro es también, en la tradición postmoderna en la que se inscribe, un artefacto, un organismo discursivo, de análisis y de revisión crítica que despedaza con mordiscos precisos a la sociedad mediatizada, al capitalismo tardío y sus mecanismos de proliferación como la publicidad y el hiperconsumismo. “El capitalismo funciona como la pandemia zombi, es el pensamiento de la horda: cubrir todo, arrasar todo.”


A pesar de que no pretende ser un “análisis sistemático del fenómeno histórico-cultural del zombi en su implicación con el cine y otras artes, ni ser una lectura moral o paródica de sus estilemas y de las narraciones icónicas predilectas del género” resulta ser una magnífica y muy bien documentada guía para explorar la presencia de los muertos vivientes en la mitología (caminando ya sobre este planeta desde la Epopeya de Gilgamesh) en la literatura, en el cine, en los videojuegos, en la publicidad.


El artefacto cultural que cobra vida en esta afilada reflexión sobre la función mítica del zombi, es un recurso semiótico que nos permite desgarrar la realidad con “un análisis relativo al lenguaje, a la hipercodificación del mundo actual, a las taras del capitalismo o de la moda y de los jirones afectivos que han sido recortados por las modernas sociedades computarizadas.”


Muy probablemente todas, todos y todes hayamos tenido alguna intuición infectada con la semiótica zombi: al encontrarnos con alguna expareja, al mirar una multitud sumida en sus dispositivos móviles o a una horda de consumidores atacando las rebajas en un centro comercial. Este texto nos permite reconocer la elocuencia de los zombis al mostrarnos el horror en su forma más humana. El zombi tiene una cualidad reflejante que, si miramos con detenimiento, nos resultará incómodamente familiar.


Filosofía Zombi es una lectura tremendamente recomendable para los amantes del género que agradecen siempre enriquecer sus referencias, filmografía o bibliografía (en este caso, más de diez páginas con películas, cómics, videojuegos, series, sitios web, novelas, relatos, ensayos y estudios); pero también para quienes quieran acercarse al mundo de los muertos vivientes y descubrir lo que pueden mostrarnos de nuestra psique, de nuestra relación con la muerte (o de nuestra zombificada manera de lidiar con la otredad), al mirar a través de sus cuerpos eviscerados e incompletos.


Es posible (y deseable) que lectores con algún polimorfismo genético específico reaccionen ante este texto patógeno y acudan a la invitación del autor:

“Hemos creado al zombi como concepto. Un concepto que lo arrasa todo, que sirve como hueco para la estructura de significación del mundo actual, un signo cero, un punto desde donde reiniciar el sistema y volver a pensarlo […] El zombi es un problema de escritura, como ya hemos dicho, con el que infectar cualquiera de los signos que componen nuestros códigos culturales y, desde ahí, volver a pensarlos nuevamente.”


Cameos

El autor zombifica exitosamente una horda de filósofos, psicólogos y estudiosos para que cada uno de ellos aporte un pedazo a la anatomía de su filosofía zombi: Platón, Nietzche, Heiddeger, Foucault, Derrida, Deluze y Guattari, Althusser, Lipovetski, McLuhan, Barthes, Walter Benjamin, Maurice Blanchot, Canneti, Freud, Lacan, Melanie Klein, Pierre Klossowski, Julia Kristeva, Fukuyama, entre muchos más.


Fisiología

Filosofía Zombi se arrastra ágilmente gracias a seis protuberancias principales:

La primera reflexiona sobre el poder de lo desconocido que la mitología zombi moviliza gracias al miedo y la espectacularidad de sus imágenes.

La segunda nos enfrenta con la amenaza (y patetismo) de nuestras adicciones hiperconsumistas.

La tercera hace un psicoanálisis del zombi (aunque más bien somos nosotros quienes estamos en el diván y es el zombi quien nos analiza).

La cuarta es una especie de sociología (o deconstrucción) de la horda y sus prácticas grupales.

La quinta es una mirada a la degradación (putrefacción quizás) de nuestras formas de afectividad.

La sexta es un “análisis del fenómeno de la copia y la subversión literaria”.


¿Qué podrá salir mal si nos muerde este texto? Nada peor de lo que ya está sucediendo, todos los días, en este mundo de inexorable Apocalipsis y con una polifónica y reconfortante presencia zombi.

Déjate morder.


Alberto Nava Cortinas / @Baalzabut




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